lunes, 13 de mayo de 2013

Hola chicas os acabo de subir dos capítulos ..perdonad pero no estuve todo este tiempo porque estaba de viaje y no me lleve la Laptop yo solo os pido que por favor comentéis solo eso....me haría muchísima ilusión.
Helen.
Quimica Perfecta


Capitulo 14



Vaya, esto sí que es fuerte. Estamos en el despacho del director. Ducant y Peterson a un lado, y la señorita Perfecta y el idiota de su novio al otro... y yo plantado aquí, solo. Nadie está de mi parte, eso es obvio.

Ducant carraspea antes de aseverar:

- Justin, esta es la segunda vez en dos semanas que estás en mi despacho.

Eso sí que es un buen resumen. Este tipo es un verdadero genio.

- Señor -digo. Le sigo el juego porque estoy harto de que la señorita Perfecta y su novio controlen a todo el jodido instituto-. He tenido un pequeño percance durante la comida y se me han manchado los pantalones de grasa. Pero en lugar de faltar a clase, he pedido a un amigo que me busque estos para cambiarme -le explico, señalando los vaqueros nuevos que Ryan ha conseguido encontrar en mi casa-. Señora Peterson -digo, volviéndome hacia mi profesora de química-. No podía permitir que una pequeña mancha me obligara a perderme una de sus valiosísimas lecciones.
- No intente convencerme, Justin -resopla Peterson-. Está aquí por sus payasadas -continúa, alzando la mano al aire. A continuación, mira a _____ y a Joe como si les invitara a atacarme, hasta que finalmente añade-: Y no crean que ustedes dos han actuado mucho mejor.
_____ está conmocionada por la reprimenda, aunque parecía divertirse mucho cuando la señora P. me recriminaba a mí.
- No podemos ser compañeros -espeta la señorita Perfecta.

Joe da un paso adelante.

- Puede hacer el proyecto con Darlene y conmigo. -Casi se me escapa la risa cuando veo la reacción de la señora P. ante el comentario de Joe. Se le han enarcado las cejas en un gesto tan exagerado que parece que, en cualquier momento, vayan a salírsele de la cara.
- ¿Y qué les hace creer que son tan especiales como para pensar que voy a cambiar la organización de mi clase? -¡A por ellos, Peterson!
- Nadine, ya me encargo yo -interviene Ducant, antes de señalar una foto de nuestro instituto enmarcada en la pared. Los chicos de la zona norte no tienen tiempo de responder a la pregunta de la señora P. porque Ducant prosigue-: Chicos, el lema del Instituto Fairfield es “La diversidad genera conocimiento.” Si se os olvida en cualquier momento, está grabado en la estela de piedra de la entrada principal, así que la próxima vez que paséis por allí deteneos un momento para pensar en el significado de esas palabras. Puedo aseguraros que mi principal objetivo como nuevo director es recomponer cualquier brecha que se haya abierto en la política del instituto y que amenace con invalidar ese lema.

De acuerdo, así que la diversidad genera conocimiento. Sin embargo, yo añadiría que también genera odio e ignorancia. Lo he visto con mis propios ojos. No me apetece manchar la visión de color de rosa del lema al que Ducant hace referencia, porque empiezo a pensar que nuestro director cree realmente en todas las gilipolleces que le salen por la boca.

- El director Ducant y yo estamos de acuerdo. Teniendo eso en cuenta... -Peterson me fulmina con una de sus miradas, que con toda seguridad debe de ensayar frente al espejo-. Justin, deje de provocar a _____y -insiste, pero luego lanza la misma mirada a los dos chicos que están al otro lado del despacho-. _____, deja de comportarte como una diva. Y Joe... ni siquiera sé qué pinta usted aquí.

- Soy su novio.
- Entonces les agradecería que mantuvieran su relación fuera de mi clase.
- Pero... -empieza Joe.

Peterson le corta en seco agitando una mano- Ya es suficiente. Nosotros hemos acabado y ustedes también.

Joe coge a su diva de la mano y los dos salen del despacho.

Justo cuando me propongo hacer lo mismo, Peterson me agarra del codo.

Me detengo y la miro a los ojos, reparando en la simpatía grabada en su expresión. No me hace nada de gracia.

- ¿Sí?
- Ya te he calado, ¿sabes?

Necesito borrarle esa mueca afectuosa de la cara. La última vez que un profesor me miró de ese modo, fue en primer curso, justo después de que le dispararan a mi padre.

- Solo llevamos dos semanas de clases, Nadine. Quizás quieras esperar un mes o dos antes de hacer una afirmación como esa.

Ella suelta una risita y prosigue:

- No llevo mucho tiempo enseñando, pero he visto en mis clases a más Justin Bieber de los que verá la mayoría de los profesores en toda su vida.
- Pensaba que era único -digo, llevándome la mano al pecho-. Me ha ofendido, Nadine.
- ¿De verdad quieres ser único, Justin? Pues termina el instituto, gradúate y ve a la universidad.
- Ese es el plan -digo, aunque es la primera vez que lo admito abiertamente. Sé que mi madre quiere que me gradúe, pero nunca hablamos del tema. Y, a decir verdad, no estoy muy seguro de que sea algo que dé por sentado.
- Todos dicen lo mismo al principio -confiesa ella, abriendo el bolso y sacando mi bandana-. No dejes que tu vida fuera del instituto dicte tu futuro -añade, esta vez muy seria.
Me guardo la bandana en el bolsillo trasero de los vaqueros. Ella no tiene ni idea de cómo la vida fuera del instituto influye en la que llevo dentro él. Ni un edificio de ladrillo rojo podría protegerme del mundo exterior. Joder, ni siquiera podría esconderme aquí dentro por mucho que quisiera.

- Ya sé lo que va a decir ahora... «Si alguna vez necesitas una amiga, Justin, puedes contar conmigo».
- Te equivocas, yo no soy tu amiga. Si lo fuera, no pertenecerías a una banda. Pero he visto las calificaciones de tus exámenes. Eres un chico inteligente, y puedes triunfar si te tomas en serio el instituto.

Triunfar. Triunfar. Ahora todo es relativo, ¿no?

- ¿Puedo irme ya a clase? -pregunto porque no sé qué contestarle. Estoy preparado para aceptar que mi profesora de química y el nuevo director no estén de mi lado... aunque tampoco estoy muy seguro que lo estén del otro. Eso me rompe un poco los esquemas.
- Sí, ve a clase, Justin.

Todavía estoy pensando en lo que me ha dicho Peterson cuando la oigo gritar:

- Y si vuelves a llamarme Nadine, tendrás el placer de recibir otra papeleta de castigo, además de escribir una redacción sobre el respeto. Recuérdalo, no soy tu amiga.

Mientras camino por el pasillo, no puedo evitar esbozar una sonrisa. Esta mujer empuña las papeletas azules de castigo y las amenazas de redacciones como auténticas armas de fuego...

Quimica Perfecta <3


Capitulo 13


Justo después de llamar imbécil a Justin por las tonterías que dijo, la señora Peterson pide que prestemos atención.

- Cada pareja elegirá un proyecto de los que hay en este sombrero -anuncia-. Todos presentan los mismos retos y tendrán que quedar fuera de clase para trabajar en él.
-¿Y el fútbol? -interrumpe Joe-. No puedo perder el entrenamiento.
- Ni las animadoras tampoco -añade Darlene adelantándose a mí.
- El trabajo escolar es lo primero. Depende de sus compañeros y de ustedes encontrar el momento adecuado para las cosas -dice la señora Peterson mientras se planta te de nuestra mesa y sostiene en alto el sombrero.
- Esto, señora P... no habrá uno sobre la cura de la esclerosis múltiple, ¿no? -pregunta Justin con esa actitud de chulo que me saca de quicio-. Porque no creo que baste un año de trabajo escolar entero para realizar un proyecto de esa amplitud.

Ya puedo ver el gran suspenso en mi boletín de notas. Consejero de admisiones para Northwestern le traerá sin cuidado que fuera mi compañero de laboratorio el responsable de que nos catearan el proyecto, A este tío no le importara.

- Tengo que ir a mear.

La profesora se lleva una mano a la cadera y, con una expresión ceñuda, le dice:

- Cuide su lenguaje. Y que yo sepa, no necesita sus libros para ir al cuarto de baño. Déjelos en la mesa.

Justin hace una mueca, pero coloca los libros en la mesa.

- Ya le dije que nada de accesorios relacionados con bandas en mi clase -dice la señora Peterson mirando la bandana que tiene entre las manos. Tiende la mano y añade-: Démela.

Él mira a la puerta y después a la señora Peterson.

- ¿Y qué pasa si me niego?
- Justin, no estire de la cuerda. Tolerancia cero. ¿Quiere que le expulsen? -le amenaza, agitando los dedos para que le entregue la bandana de inmediato.

Frunciendo el ceño, Justin coloca lentamente la bandana en la mano de la profesora.
La señora Peterson se queda boquiabierta cuando finalmente se la arrebata.

- ¡Ay, madre! -grito al ver la enorme mancha que lleva en la bragueta...

Todos los estudiantes, uno a uno, estallan en carcajadas, pero la risa de Joe es la que más destaca.

- No te preocupes, Bieber. Mi abuela tiene el mismo problema. Nada que no pueda arreglarse con un pañal.

Las palabras de Joe me impactan porque la mención de los pañales para adultos me recuerda inmediatamente a mi hermana. Reírse de los adultos que no pueden valerse por sí mismos no tiene ninguna gracia, porque Rosalie es una de esas personas.

Justin luce su enorme y arrogante sonrisa y le dice a Joe:

- Tu novia no podía apartar las manos de mis pantalones. Me estaba enseñando una nueva aplicación para los calentadores de manos, colega.

Esta vez ha ido demasiado lejos. Podría decirse que no tengo experiencia en esos campos pero tampoco es para que diga que soy capaz de hacer semejante barbaridad... Me pongo en pie. Mi taburete chirría contra el suelo.

- Ya te gustaría -le suelto.

Justin está a punto de decirme algo cuando la señora Peterson grita:

- ¡Justin! -Y tras aclararse la garganta, añade-: Ve a la enfermería y arréglate. Coge tus libros porque después irás a ver al director Ducant. Te veré en su despacho junto a tus compañeros Joe y _____.

Justin coge bruscamente los libros de la mesa y sale de clase. Vuelvo a sentarme con calma en el taburete. La señora Peterson procura que el resto de la clase guarde silencio mientras medito sobre mi efímero éxito al evitar a Jasmine Villegas. Si cree que represento una amenaza para su relación con Justin, los rumores que seguro acabarán extendiéndose pueden resultar mortales... para mi.

viernes, 3 de mayo de 2013

Quimica Perfecta

Capitulo 12

- Pues tu amiguito está sentado justo allí, con la tía buena de su novia.

Me basta una sola mirada a la señorita Perfecta para que se dispare todo mi sistema de alarma. Cree que soy un drogata. Todos los días tengo que superar el temor de lidiar con ella en clase de química.

- Esa tía tiene la cabeza llena de pájaros, tío -añado.
- He oído que esa petarda te ha faltado el respeto delante de los suyos -dice un tío llamado Pedro mientras él y un grupo de chicos toman asiento junto a nosotros con sus bandejas de la cafetería o la comida que han traído de casa.

Niego con la cabeza, preguntándome lo que habrá dicho _____ de mí y qué medidas deberé de tomar para tenerlo todo bajo control.

- Tal vez me desee y no conozca otra manera de llamar mi atención.

Lucky ríe con tanta fuerza que todos los que están a pocos metros de nosotros nos miran.

- Ni de coña, _____ Clapp no se acercaría a menos de sesenta metros de ti por voluntad propia, así que ni hablemos de salir contigo, colega -dice-. ¿Te acuerdas de la bufanda que llevaba la semana pasada? Pues puede que esa prenda cueste tanto como todo lo que hay en tu casa.

La bufanda. Como si los pantalones y la camiseta de diseño que lleva no fueran lo suficientemente modernos, se pone esa bufanda, puede que para alardear de lo rica e intocable que es. Seguro que es toda una profesional eligiendo el tono exacto para que encaje con sus ojos de color café.

- Joder, te apuesto mi RX-7 a que no eres capaz de conseguir sus bragas antes de las vacaciones de Acción de Gracias -me desafía Lucky, interrumpiendo mis perversos pensamientos.
- ¿Quién querría hacer algo así? -rebato. Puede que también sean de diseño y lleven sus iniciales bordadas en la parte delantera.
- Todos los tíos del instituto.

No hacía falta recalcar lo que ya es evidente.

- Es una chiquilla pija.

No salgo con chiquillas, ni nenas malcriadas, ni tampoco con niñatas cuya idea del trabajo duro es pintarse sus largas uñas de un color diferente cada día para que peguen con el conjunto que llevan puesto. Saco un cigarrillo del bolsillo y lo enciendo, haciendo caso omiso de la política del centro que prohíbe fumar en el recinto del instituto. Últimamente he fumado un montón. Ryan me lo hizo notar anoche cuando salimos a dar una vuelta.

- ¿Y qué pasa? Vamos, Justin. No seas imbécil. Mírala.
Echo un vistazo. Tengo que admitir que está buena. Tiene el pelo largo y brillante, una nariz aristocrática, los brazos ligeramente bronceados y algo musculados en los bíceps (me preguntó si hará ejercicio). Y unos labios carnosos que cuando sonríen te hacen pensar que la paz mundial sería posible si todo el mundo sonriera como ella.

Aparto esas ideas de mi mente. ¿Y qué pasa si está buena? Es una petarda de primera.

- Demasiado flaca -espeto.
- Te gusta -dice Lucky, recostándose sobre la hierba-. Pero sabes que, como el resto de chicanos de la zona sur, nunca podrás tenerla.

Hay algo en mí interior que se enciende. Llamémoslo mecanismo de defensa. Llamémoslo prepotencia. Antes de que pueda desconectarlo, digo:

- En dos meses habré catado a esa tía. Si de verdad quieres apostar tu RX-7, acepto.
- Estás pirado, tío -dice Lucky, y al ver que no contesto, añade frunciendo el ceño-: ¿Hablas en serio, Justin?

El tío va a echarse atrás, quiere más a su coche que a su madre (xD)...

- Claro.
- Si pierdes, me quedo con Julio -dice Lucky, y su expresión ceñuda se transforma en una sonrisa malvada.

Julio es mi posesión más preciada: una vieja Honda Nighthawk 750. La rescaté del depósito y la convertí en una moto de líneas depuradas. Hacerlo me llevó un montón de tiempo. Es la única cosa en mi vida que, en lugar de echar a perder, he mejorado.

Lucky no va a rajarse. Ahora me toca a mí rechazar o aceptar el reto. El problema es que nunca me he echado atrás... ni una sola vez en toda mi vida.

Estoy seguro de que la chiquilla pija más popular del instituto va a aprender un montón de cosas saliendo conmigo. La señorita Perfecta ha declarado que nunca saldría con el miembro de una banda, pero apuesto a que ningún MuXBlood ha intentado colarse alguna vez en esos pantalones de diseño.

No resultaría más imposible o inverosímil que un encontronazo entre las bandas rivales de los Folks y los People, un sábado por la noche.

Apuesto a que todo lo que necesito para ligarme a _____ es un poco de coqueteo. Ya sabéis, un juego de palabras, una toma y da que aumenta tu percepción del sexo opuesto. Puedo matar dos pájaros de un tiro: devolvérsela a Cara Burro quitándole a su chica y devolvérsela a _____ Clapp por haberse chivado de mí al director, y por dejarme en ridículo delante de sus amigas. Puede ser divertido.

Me imagino a todo el instituto siendo testigo de la inmaculada niña pija babeando por el chicano al que ha profesado odio eterno. Imagino su culo blanco y apretado cayendo al suelo cuando haya acabado con ella.

Le tiendo la mano a Lucky...





Bueno cariños aqui os dejo tres capitulos seguidos  siento no haber estado esque estoy en los finales del 3er trimestre del colegio y tengo que estudiar si puedo despues os subo mas capitulos x favor comentad nunca habeis comentado y me encantaria
hele
Quimica Perfecta

Capitulo 11

- Bien -respondo, omitiendo el hecho de que me hayan puesto a Justin de compañero-. Tengo una profesora de química muy dura.
- No tendrías que haber cogido química -interviene mi padre-. Si no consigues un sobresaliente, tu nota media se vendrá abajo. Es muy difícil entrar en una universidad como Northwestern, y no van a levantar un dedo solo porque sea mi alma máter.
- Lo entiendo, papá -digo, terriblemente deprimida. Si Justin no se toma en serio nuestro proyecto, ¿cómo voy a sacar un sobresaliente?
- La nueva cuidadora de Rosalie ha empezado hoy -le informa mi madre-. ¿Te acuerdas?

Mi padre se encoge de hombros porque cuando la última cuidadora se marchó, él insistió en que Rosalie debería vivir en algún tipo de residencia en lugar de en casa. No recuerdo haber gritado más en mi vida de cómo lo hice entonces, porque nunca permitiré que manden a Rosalie a un lugar donde la descuiden y no la comprendan. Yo tengo que estar pendiente de ella. Esa es la razón por la que entrar en Northwestern es tan importante. Si estoy cerca de casa, puedo vivir aquí y asegurarme de que mis padres no la ingresen en un centro.

A las nueve llama Megan para quejarse sobre Darlene. Opina que ha cambiado durante el verano y ahora se lo tiene creído por estar saliendo con un universitario. A las nueve y media llama Darlene para decirme que sospecha que Megan está celosa porque sale con un universitario. A las nueve y cuarenta y cinco llama Leah diciéndome que ha hablado con Megan y Darlene y que no quiere entrometerse. Yo estoy de acuerdo con ella, aunque creo que ya es demasiado tarde.

Son las once menos cuarto cuando por fin termino mi redacción sobre el respeto para la señora Peterson y puedo ayudar a mi madre a acostar a Rosalie. Estoy tan cansada, siento que no puedo ni mantener levantada la cabeza. Cuando me acuesto, después de haberme puesto el pijama, marco el número de Joe.

-Hola, guapa -dice-. ¿Qué haces? -No mucho. Estoy en la cama. ¿Os habéis divertido en casa de Doug?
- No tanto como lo habría hecho si hubieras estado.
- ¿A qué hora has vuelto?
- Hace una hora. Me alegro de que hayas llamado.

Tiro de mi enorme edredón rosa hasta la barbilla y hundo la cabeza en mi mullida almohada.
- ¿De verdad? -le pregunto, esperando un cumplido, y con un tono de voz cariñoso, aniñado-: ¿Por qué?

Hace mucho tiempo que Joe no me dice que me quiere. Ya sé que no es la persona más cariñosa del mundo. Mi padre tampoco lo es. Pero es algo que necesito oír de Joe. Quiero que me diga que me quiere, que me echa de menos, que soy la chica de sus sueños.

Joe carraspea antes de decirme:
- Nunca hemos tenido sexo telefónico.

Vale, esas no son las palabras que esperaba. No debería sentirme ni decepcionada ni sorprendida. Él es un adolescente y soy consciente de que los chicos solo piensan en el sexo y en divertirse. Esta tarde, cuando leí la nota de Justin en la que hablaba de tener sexo duro, me esforcé por ignorar la extraña sensación que se me instaló en la boca del estómago. Lo que él no sabe es que soy virgen.

Joe y yo nunca hemos mantenido relaciones sexuales. Ni telefónicas ni reales. Estuvimos a punto de hacerlo en abril del año pasado, en la playa, detrás de la casa de Leah, pero me eché atrás. No estaba preparada.

- ¿Sexo telefónico?
- Sí. Tócate, ___. Y después me dices lo que estás haciendo. Eso me pone un montón.
- Y mientras me toco, ¿qué vas a hacer tú? -pregunto.
- Pelarme el pene. ¿Qué crees que voy a hacer, los deberes?

Me río. Es más una risa nerviosa porque no nos hemos visto mucho los dos últimos meses. Tampoco hemos hablado demasiado, y ahora quiere que en un solo día pasemos del «Me alegro de verte después de todo un verano separados» al «Tócate mientras me pelo el pene». Tengo la sensación de estar en medio de una canción de reggaetón.

- Vamos, ___ -me dice Joe-. Piensa que es una práctica antes de que lo hagamos de verdad. Quítate la camiseta y tócate.
- Joe... -digo.
- ¿Qué?
- Lo siento, pero no me apetece. Al menos, ahora no.
- ¿Estás segura?
- Sí. ¿Estás enfadado?
- No -dice-. Pensé que sería divertido darle un toque picante a nuestra relación.
- No sabía que te aburrieras.
- Las clases... el entrenamiento de fútbol... los mismos sitios a los que vamos. Supongo que después de un verano lejos de aquí ahora me agobia la misma rutina. Me he pasado las vacaciones haciendo esquí acuático, piruetas con tabla de surf y deportes de motor fuera de pista. Son cosas que hacen que se te acelere el corazón y la sangre te circule muy rápido, ¿sabes? Es un puro subidón de adrenalina.
- Suena genial.
- Lo fue, ___.
- Sí.
- Y estoy preparado para ese subidón de adrenalina... contigo..
Quimica Perfecta

capitulo 10


- Sí, el primer día otra vez -digo mientras mezclo bien su comida y la dejo sobre la mesa. Le meto una cuchara de comida triturada en la boca mientras continúo hablando-. Y a mi profesora de química, la señora Peterson, se le daría genial ser monitora en un campamento militar. He leído detenidamente el programa de estudios. No hay una semana en la que no haya programado un examen o alguna prueba. Este año no va a ser nada fácil.

Mi hermana me mira, intentando descifrar lo que le estoy contando. Su expresión de concentración me dice que me apoya y me entiende aunque no pueda expresarlo con palabras. Porque cada palabra que sale de su boca es todo un suplicio. A veces me gustaría decirlo por ella, porque siento su desesperación como si fuera la mía propia.

- ¿No te ha gustado Baghda? -pregunto con dulzura.

Mi hermana niega con la cabeza. Y no le apetece hablar de ello, lo sé por la manera en la que se le tensan los labios.

- Ten paciencia –digo-. No es fácil llegar a una casa nueva y no saber qué hacer.

Cuando Rosalie termina de comer, le traigo las revistas para que pueda echarles un vistazo. A mi hermana le encantan las revistas. Mientras se entretiene hojeándolas, me hago un bocadillo de queso y me siento en la mesa para ponerme con los deberes mientras como.

Oigo que se abre la puerta del garaje justo en el momento en el que saco la hoja de papel que la señora Peterson me ha dado para escribir la redacción sobre el respeto.

- ___, ¿dónde estás? -grita mi madre desde el vestíbulo.
- En la cocina -respondo yo.

Mi madre entra desenfadadamente en la cocina con una bolsa de la tienda Neiman Marcus colgada del brazo.

-Toma, esto es para ti.

Cojo la bolsa y saco una camiseta azul claro del diseñador Geren Ford.

-Gracias -digo, intentando no darle mucha importancia frente a Rosalie, quien nunca recibe un regalo de mi madre. Aunque tampoco le importa. Está demasiado absorta mirando las fotos de las famosas mejor y peor vestidas, y de su brillante bisutería.

-Pega muy bien con esos vaqueros negros que te compré la semana pasada -añade mientras saca del congelador unos filetes y empieza a descongelarlos en el microondas-. Dime... ¿cómo le iba a Baghda cuando llegaste a casa?
- No muy bien –digo-. Tienes que enseñarle a hacer las cosas.

No me extraña que mi madre no responda. Mi padre entra por la puerta de la cocina un minuto después, quejándose del trabajo. Es el dueño de una empresa de producción de circuitos integrados y ya nos ha explicado que este es un año flojo, y pese a ello, mi madre sigue saliendo y comprando de todo, y mi padre me ha regalado un BMW por mi cumpleaños.

- ¿Qué hay para cenar? -pregunta mi padre mientras se afloja la corbata. Parece cansado y ajado, como de costumbre.
- Filetes -contesta mi madre sin apartar la vista del microondas.
- No me apetece una cena pesada -dice él-. Solo algo ligero.
-¿Huevos? ¿Espagueti? -resopla mi madre, apagando el microondas y enumerando sugerencias a oídos sordos.

Mi padre sale de la cocina. Incluso cuando está aquí físicamente, sé que su mente sigue en el trabajo.

- Me da igual, pero que sea ligero -vocea.

Es en momentos como estos cuando siento lástima por mi madre. Mi padre no le presta mucha atención. Cuando no está trabajando, está de viaje de negocios o simplemente no le apetece estar con nosotras.

- Haré una ensalada -digo mientras saco la lechuga del frigorífico.

Por su sonrisa, diría que mi madre agradece la ayuda, preparamos la cena juntas, pero en silencio. Pongo la mesa mientras mi madre trae la ensalada, unos huevos revueltos y pan tostado. Masculla algo sobre no ser valorada; supongo que quiere que la oiga pero que no haga ningún comentario al respecto. Rosalie sigue absorta en sus revistas, ignorante de la tensión que hay entre nuestros padres.

- El viernes me voy a China y estaré allí dos semanas -anuncia mi padre al regresar a la cocina en pantalones de chándal y camiseta. Se desploma sobre su asiento, el que preside la mesa, y se sirve algo de huevos revueltos en el plato-. Nuestro distribuidor de allí está repartiendo material defectuoso y tengo que averiguar la cantidad.
- ¿Y la boda de DeMaio? Es este fin de semana y ya hemos confirmado nuestra asistencia.

Mi padre deja caer el tenedor y mira a mi madre.

- Sí, estoy seguro de que la boda del hijo de los DeMaio es más importante que mantener a flote mi negocio.
- Bill, yo no he insinuado que tu negocio sea menos importante -rebate mi madre, dejando también caer el tenedor sobre el plato. Es increíble que no tengamos todos los platos desportillados-. No obstante me parece una grosería cancelar ese tipo de cosas en el último momento.
- Puedes ir tú sola.
- ¿Y qué la gente empiece a cuchichear sobre la razón por la que no me has acompañado? No, gracias.

Esta es la típica conversación durante la cena de los Clapp. Mi padre hablando sobre lo duro que es su trabajo, mi madre intentando fingir que somos una familia feliz y Rosalie y yo manteniéndonos al margen de todo.

- ¿Cómo te ha ido el instituto? -pregunta finalmente mi madre...

martes, 30 de abril de 2013

Quimica Perfecta 

Capitulo 9

- ¿Qué es eso? -pregunta Leah.
- Nada -digo, esperando que capte por mi tono de voz que no me apetece hablar del tema.
- ¡Chicas, esperad! -grita Darlene, quien se acerca corriendo hacia nosotras-. He visto a Joe en el campo de fútbol. Me ha dicho que le esperes.

Miro el reloj. Son casi las seis y quiero llegar pronto a casa para ayudar a Baghda a hacerle la cena a mi hermana.

- No puedo.
- Doug me ha contestado -dice Leah-. Nos invita a una pizza en su casa.
- Yo puedo -dice Darlene-. Me aburro un montón ahora que Tyler ha vuelto a Purdue y puede que no le vea en semanas.
- Pensaba que ibas a verlo el próximo fin de semana -dice Leah que está escribiendo un nuevo mensaje.

Darlene se queda allí plantada, con los brazos en jarras.

- Bueno, así era hasta que me llamó y me dijo que todos los novatos de la fraternidad tienen que pasar la noche en la residencia para no sé qué loca iniciación. No me importa, siempre que el pene de Tyler quede intacto cuando todo eso acabe.

Al escuchar la palabra «pene», busco las llaves en el bolso. Cuando Darlene se pone a hablar de penes y sexo, es mejor retirarse porque no hay quien la pare. Y ya que no suelo compartir mis experiencias sexuales (o la inexistencia de ellas) con nadie, me largo de allí. Es el momento perfecto para escapar.

Mientras jugueteo con las llaves entre los dedos, Leah me dice que Doug la acompaña, de modo que haré sola el trayecto hasta casa. Me gusta estar sola, así no tengo que representar el papel ante nadie. Puedo poner la música a todo volumen si me apetece.

Sin embargo, no dura mucho el momento de diversión, que me brinda la música porque me doy cuenta de que mi móvil está vibrando. Lo saco del bolso. Hay dos mensajes de voz y uno de texto. Todos de Joe.

Lo llamo a su móvil.

- ___, ¿dónde estás? -me pregunta.
- De camino a casa.
- Vente a casa de Doug.
- Mi hermana tiene una nueva cuidadora -le explico-. Tengo que echarle una mano.
- ¿Todavía estás cabreada porque he amenazado al MuXBlood que tienes por compañero de laboratorio?
- No estoy mosqueada, aunque sí algo molesta. Te he dicho que podía arreglármelas sola y no me has hecho ni caso. Además, habéis montado toda una escena en el pasillo. Ya sabes que no pedí que me lo asignaran como compañero -le digo a Joe.
- Lo sé, ___. Es que detesto a ese tío. No te enfades.
- No estoy enfadada -aclaro-. Pero no soporto ver que te pones así sin motivo.
- Y yo no soporto ver a ese tío susurrándote al oído.

Intuyo que va a empezarme a doler la cabeza, una migraña de las buenas. No necesito que Joe haga una escena cada vez que un chico me habla. Hasta ahora nunca te había hecho, y con ello solamente consigue que quede más vulnerable al escrutinio y los cotilleos, algo que no quiero que ocurra.

- Olvidemos lo que ha pasado.
- Por mí bien. Llámame esta noche –dice-. Pero si puedes terminar antes y venir a casa de Doug, estaré allí.

Cuando llego a casa, encuentro a Baghda en la habitación de mi hermana, en la primera planta. Está intentando cambiarle los pañales, aunque tiene a Rosalie en la postura equivocada. Tiene la cabeza donde normalmente debería tener los pies, una de sus piernas está colgando al borde de la cama... es un desastre y Baghda está resoplando como si fuera la tarea más difícil que haya hecho en la vida.

¿Mi madre se habrá tomado la molestia de verificar sus credenciales?

- Ya lo haré yo -le digo a Baghda, apartándola a un lado. Le he cambiado los pañales a mi hermana desde que éramos niñas. No es muy divertido cambiar la ropa interior de alguien que pesa más que tú, pero si lo haces bien no tardas mucho ni se convierte en algo interminable complicado,
Mi hermana sonríe de oreja a oreja al verme.

- ¡__(Las dos primeras letras de tu nombre)!

Rosalie no puede articular palabras, por lo que recurre a aproximaciones verbales. «__» significa «______». Devuelvo la sonrisa mientras la coloco bien sobre la cama

- Hola, peque. ¿Quieres cenar? -pregunto mientras saco las toallitas de un envase e intento no pensar en tarea que me ocupa.

Mientras le pongo unos pañales nuevos y unos pantalones limpios, Baghda me observa al margen de todo. Intentó explicarle los pasos a medida que lo hago, pero basta con mirarla una sola vez para saber que no me ha escuchando.

- Tu madre ha dicho que podía marcharme cuando llegaras a casa -me dice.
- Está bien -respondo mientras me lavo las manos. Antes de que pueda darme cuenta, Baghda ha desaparecí cual Houdini.

Llevo a Rosalie a la cocina en su silla de ruedas, pero cuando llegamos veo que lo que normalmente es una cocina impecable está patas arriba. Baghda no ha fregado los platos, apilados en el fregadero, y tampoco se ha toma la molestia de hacer una tarea tan difícil como fregar suelo después del arrebato de Rosalie con el yogur.

Preparo la cena de mi hermana y limpio todo el estropicio.

Rosalie dice lentamente la palabra «colé», aunque realidad ha sonado más a «ole», pero sé a lo que se refiere..

 Quimica  Perecta





Capitulo 8

Esa afirmación me pone más nerviosa que la idea de que Jasmine esté buscándome. Porque me esfuerzo mucho para guardar las distancias con todos... no quiero que sepan realmente cómo soy o lo que es vivir en mi casa. Sin embargo, he dejado que Leah sepa más de mí que ninguna otra persona. A veces me pregunto si no debería alejarme un poco en nuestra relación, asegurándome así de mantener una distancia prudencial.

Lógicamente, sé que estoy paranoica. Leah es una amiga de verdad, estuvo junto a mí incluso cuando el año pasado me puse a llorar por la crisis nerviosa que sufrió mi madre, aunque nunca le conté la razón. Me permitió llorar en su hombro, incluso cuando me negué a contarle los detalles.

No quiero acabar como mi madre. Eso es lo que más temo en la vida.

La señora Small nos hace colocarnos en posición, después hace sonar la canción que el departamento de música ha creado para nuestro equipo mientras empiezo a contar hacia atrás. Es una combinación de rap y hip-hop, especialmente mezclada para que encaje con nuestro número, que hemos titulado «Big Bad Bulldogs» porque nuestra mascota es un bulldog. Mi cuerpo se mueve al ritmo de la música. Es lo que más me gusta del hecho de formar parte del equipo. La música tira de mí y me hace olvidar todos los problemas que me esperan en casa. La música es mi droga, lo único que me hace alucinar.

- Señora Small, ¿podemos intentar la posición de Media T para el inicio en lugar de la posición T, como hemos hecho hasta ahora? -sugiero-. Después, cambiamos a la combinación de V Baja y V Alta con Morgan, Isabel y Caitlin moviéndose hacia la parte delantera. Creo que así quedará más limpio.

La señora Small sonríe. Es evidente que le gusta mi sugerencia.

- Buena idea, _____. Vamos a intentarlo. Empezaremos por la posición Media T, con los codos flexionados. Durante la transición quiero a Morgan, Isabel y Caitlin en la fila de delante. Recordad que debéis mantener los hombros abajo. Leah, por favor, haz que tus muñecas sean la extensión de tus brazos en lugar de flexionarlas.
- Sí, señora -contesta Leah detrás de mí.

La señora Small pone de nuevo la canción. El ritmo, la letra, los instrumentos... es una mezcla que se cuela en mi interior y me levanta el ánimo sin importar lo bajo que lo tenga. A medida que bailo con el resto del equipo, en una coordinación perfecta, me olvido de Jasmine y de Justin, de mi madre y de todo lo demás.

La canción acaba demasiado pronto. Aún deseo moverme al ritmo de la letra cuando la señora Small apaga el reproductor de CD. El segundo ensayo queda mejor, pero nuestra formación requiere mucho trabajo y a algunas de las chicas nuevas les cuesta mucho pillar los pasos.
- _____, enseña a las nuevas los pasos básicos y volveremos entonces a intentarlo en grupo. Darlene, lidera al resto del equipo para repasar la coreografía -ordena la señora Small mientras me pasa el reproductor.

Isabel está en mi grupo. Se agacha para darle un sorbo a su botella de agua.

- No te preocupes por Jasmine –dice-. Perro ladrador poco mordedor.
- Gracias -le digo.


Isabel parece una chica dura, con la bandana roja de los MuXBlood, los tres pendientes en la ceja y las manos plegadas sobre el pecho cuando no estamos haciendo ningún número. No obstante, su mirada desprende bondad. Y sonríe mucho. Su sonrisa suaviza su apariencia, y estoy segura de que estaría preciosa si se pusiera un lazo rosa en el pelo en lugar de llevar esa condenada bandana roja.

- Estás en mi clase de química, ¿verdad? -le pregunto.

Ella asiente con la cabeza.

- ¿Conoces a Justin Bieber?

Asiente de nuevo.

- ¿Son ciertos los rumores que circulan sobre él? -pregunto con cuidado porque no sé cómo puede reaccionar ante mi curiosidad. Si no me ando con pies de plomo, acabaré teniendo una lista enorme de personas que quieren ir a por mí.

La larga y morena melena de Isabel se mueve de un lado a otro mientras contesta:
- Depende de los rumores a los que te refieras.

Cuando estoy a punto de recitar la lista de rumores sobre el consumo de drogas y los arrestos policiales, Isabel se pone en pie.

- Escucha, ____ -dice-. Tú y yo nunca seremos amigas. Pero tengo que decirte que, pese a comportarse como un imbécil contigo, Justin no es tan malo como se rumorea. Ni siquiera es tan malo como cree que es.

Antes de que pueda hacer otra pregunta, Isabel vuelve a colocarse en formación.

Una hora y media más tarde, cuando todas, incluso yo, estamos agotadas e irritables, nos dan permiso para acabar la práctica. Decido acercarme a una sudorosa Isabel y decirle lo bien que lo ha hecho en el número de hoy.

- ¿En serio? -pregunta, sorprendida.
- Aprendes muy rápido -contesto. Es verdad. Para ser una chica que no ha cogido un pompón en los tres primeros años de instituto, ha pillado muy rápido los pasos de la coreografía-. Por eso te hemos puesto en la primera fila.

Mientras observo a Isabel, que se ha quedado boquiabierta de la emoción, me pregunto si cree en todos los rumores que habrá oído sobre mí. No, nunca seremos amigas. Pero tampoco puedo decir que vayamos a ser enemigas para siempre.

Después de la práctica, voy de camino al coche con Leah, que está mandando un mensaje de texto a su novio, Doug. Hay un trozo de papel bajo uno de los limpiaparabrisas. Lo saco y veo que es la papeleta azul de castigo de Justin. Lo estrujo y lo meto en mi mochila...

miércoles, 24 de abril de 2013

Química Perfecta <3



7. ______

Estoy junto a mi taquilla, después de clase, cuando veo que se acercan mis amigas Morgan, Madison y Megan. Leah las llama El Factor Triple M de Fairfield. Morgan me da un abrazo.

- Ay madre, ¿estás bien? -pregunta, apartándose un poco y mirándome detenidamente.
- Dicen que Joe te protegió. Qué valiente es. Tienes mucha suerte, ___ -añade Madison, haciendo rebotar sus exclusivos rizos con cada palabra.
- No ha sido para tanto -digo, preguntándome qué diferencias habrá entre el rumor que circula y lo que sucedió en realidad.
- ¿Qué dijo Justin exactamente? -pregunta Megan-. Caitlin les hizo a Justin y a Joe una foto con el móvil, cuando estaban en el pasillo, pero no pude ver bien lo que estaba pasando.
- Será mejor que os deis prisa si no queréis llegar tarde al entrenamiento chicas -grita Darlene desde el fondo del pasillo. Desaparece tan repentinamente como ha aparecido. Megan abre su taquilla, que está al lado de la mía, y saca sus pompones.
- Me saca de quicio que Darlene le bese el culo a la señora Small -masculla.

Cierro la taquilla y me dirijo hacia el campo de entrenamiento.

- Creo que intenta concentrarse en el baile para no obsesionarse con el hecho de que Tyler haya regresado a la universidad.
- Sí, claro. Yo ni siquiera tengo novio, así que no cuenta con mi comprensión -dice Morgan, haciendo una mueca.
- Ni con la mía tampoco. Venga, en serio, ¿alguna vez no ha tenido novio? -pregunta Madison.

Cuando llegamos al campo de entrenamiento, todo el equipo está sentado sobre el césped, esperando a la señora Small. Uf, menos mal que no llegamos tarde.

- Todavía no puedo creer que te hayan puesto con Justin Bieber -dice Darlene en voz baja cuando encuentro un sitio libre a su lado.
- ¿Quieres cambiar de compañero? -pregunto, aunque sé que la señora Peterson nunca daría su aprobación. Lo ha dejado bien claro.

Darlene saca la lengua en un gesto de asco y me susurra:

- Ni de coña. No quiero tener nada que ver con los de la zona sur. Mezclarte con esa gente solo trae problemas. Acuérdate del año pasado, cuando Alyssa McDaniel salió con uno de esos tíos... ¿Cómo se llamaba?
- ¿Cody Stewy? —añado en voz baja.

Darlene se estremece al escuchar el nombre.

- En cuestión de semanas Alyssa pasó de ser guay a convertirse en una marginada. Las chicas de la zona sur le cogieron manía por salir con uno de sus chicos, y al final, también dejó de salir con nosotras. La estrafalaria parejita se quedó completamente aislada. Por suerte, Alyssa rompió con él.

La señora Small camina hacia nosotras con su reproductor de CD, protestando porque alguien lo había cambiado de sitio y que por eso llega tarde.

Guando la señora Small nos pide hacer estiramientos, Leah asoma la cabeza por encima de Darlene para poder hablar conmigo.

- Estás metida en un buen lío -anuncia Leah.
- ¿Por qué?

Leah posee una visión y un oído fuera de lo común: se entera de todo lo que ocurre en Fairfield.

- Se rumorea que Jasmine Villegas te está buscando -dice mi mejor amiga.

Oh, no. Jasmine es la novia de Justin. Intento mantener la calma y no pensar en lo peor, pero Jasmine es dura de pelar, lo dice su aspecto, desde sus uñas pintadas de rojo hasta sus botas negras de tacón de aguja. ¿Está celosa porque soy la compañera de laboratorio de Justin o cree que he sido yo quien se ha chivado al director?

La verdad es que no he tenido nada que ver con el asunto. Me han citado en el despacho de Ducant porque alguien ha sido testigo del incidente en el aparcamiento y del encontronazo en la escalera del instituto y ha ido a contárselo al director. Lo cual ha sido una estupidez porque no ha ocurrido nada.

Ducant no me ha creído. Habrá pensado que estaba demasiado asustada para contarle la verdad. Aunque en aquel momento no lo estaba.

Pero ahora sí.

Jasmine Villegas puede acabar conmigo en cuanto se lo proponga. Probablemente sepa manejar armas, y la única arma que yo sé utilizar son mis pompones. Llamadme loca si queréis, pero dudo que mis pompones puedan ahuyentar a una chica como Jasmine.

Podría hacer una buena demostración si se tratara de una justa verbal, pero no creo que sea un recurso apreciado en una pelea callejera. Los chicos se pelean debido a algún gen primitivo e innato que les lleva a ponerse a prueba físicamente.

Quizás Jasmine tenga algo que demostrarme, aunque, creedme, no es necesario. No represento ninguna amenaza. Pero ¿cómo se lo hago saber? No es que pueda acercarme a ella como si tal cosa y decirle: «Eh, Jasmine, no voy a insinuarme a tu novio ni tampoco he sido yo quien se ha chivado al director Ducant». Aunque, ¿quién sabe?, puede que funcionase...

La mayoría de la gente piensa que no hay nada que me perturbe. Tampoco quiero hacerles creer lo contrario. He sudado la gota gorda para mantener esta fachada, y no estoy dispuesta a perderla porque un pandillero y su novia quieren ponerme a prueba.

- No me preocupa -contesto a Leah.


- Te conozco, ___. Estás nerviosa -susurra ella, negando con la cabeza.
 




HOLAAAAA PERDONAD EL RETRASO ESTOY EN EPOCA DE EXAMENES  LO SIENTO ESPERO QUE DISFRUTEIS EL APITULO ME VOY A ESTUDIAR Y SI PUEDO OS SUBO OTRO NUEVOOO
HELEN.

jueves, 18 de abril de 2013


Quimica Perfecta. <3














Sigue Narrando Justin♥

- Escuchen será mejor que arreglen sus diferencias antes de que acabe el año. ______, no la voy a cambiar de compañero. Ambos están en el último curso y tendrán que lidiar con una plétora de gente y diversas personalidades tras la graduación. Si no quieren ir a cursos de verano para recuperar mi clase, les sugiero que trabajen el uno con el otro. Ahora dense prisa si no quieren llegar tarde a su siguiente clase.

Acto seguido, mi compañera y yo salimos de clase.

- Deja de seguirme -espeta, mirando por encima del hombro para comprobar cuanta gente nos observa caminar juntos por el pasillo.

Como si yo fuera el mismo diablo.

- Ponte manga larga cuando venga a recogerte el sábado por la noche -insisto, a pesar de ser consciente de que ella está a punto de perder los nervios. Normalmente, no suelo meterme con las niñas pijas, pero me encanta sacar de quicio a esta en particular. Y es que ______, la más popular y la más deseada de todas, se trata del blanco perfecto-. Si no pasaras mucho frío en el asiento trasero de mi moto.

- Escucha, Justin -me dice, dándose la vuelta y haciendo que su melena castaña le caiga sobre los hombros. Me lanza una mirada de hielo con sus ojos cafés-. No salgo con los chicos que pertenecen a bandas, y no me van las drogas.
- Yo tampoco salgo con los chicos que pertenecen a bandas -digo acercándome a ella-. Y no consumo drogas.
- Sí, claro. Me extraña que no estés ya en un centro de desintoxicación o algún campamento para delincuentes juveniles.
- No me conoces.
- Se lo suficiente- dice cruzándose de brazos. A continuación, baja la mirada al percatarse de que con esa postura solo consigue realzar sus atributos y deja caer las manos a los costados.

Hago un esfuerzo por no mirarle los pechos y doy un paso hacia delante

- ¿Te chivaste de mí con Ducant?
- ¿Y qué si lo he hecho? -replica, retrocediendo un poco.
- Nena me tienes miedo -es una afirmación, no una pregunta. Deseo oír de sus propios labios la razón de la opresión que siente por mí.
- La mayoría de la gente de este centro tiene miedo de mirarte de la manera equivocada y acabar con una bala en el pecho.
- Entonces mi pistola, ya estaría echando humo, ¿No te parece? ¿Y por qué tú no sales huyendo del chungo chicano ehh?
- Lo haré en cuanto tenga la oportunidad.

Ya me he divertido con esta pava. Es hora de dejarle las cosas claras y hacerle ver quien lleva los pantalones. Acorto la distancia que nos separa y le susurro al oído:

- Afronta los hechos. Tu vida es demasiada perfecta. Es probable que te quedes toda la noche despierta, fantaseando sobre darle algo de sabor a ese montón de algodones en el que vives. -Maldita sea, puedo captar el olorcillo a vainilla de su perfume o de su crema. Me recuerda a las galletas y me encantan las galletas, lo que no es nada bueno-. Quien juega con fuego acaba quemándose, nena.
- Si la tocas, te arrepentirás de ello, Bieber -campanea la voz de Joe. Parece un burro con esos enormes dientes blancos y esas orejas sobresaliéndole del rapado al cero que lleva-. Apártate de una vez de ella.
- Joe -dice ____-. No te preocupes. Puedo encargarme de esto sola.

Cara Burro ha traído refuerzos: 3 colegas con el mismo aspecto de pijos se levantan tras él como guardaespaldas. Estudio el aspecto de Cara Burro y de sus 3 amigos para calcular las posibilidades de enfrentarme solo a ellos. Llego a la conclusión de que es probable que los 4 puedan conmigo, pero en este caso, no saldrán ilesos del encuentro.

- Cuando seas lo suficientemente fuerte como para jugar en primera división, deportista del tres al cuarto, entonces escuchare toda la mierda que te sale de tu boca -le replico.

Otros estudiantes se agolpan a nuestro alrededor, dejando espacio para una pelea que seguramente será breve, frenética y sangrienta. Lo que no saben es que Cara Burro es todo un corredor. Sin embargo, esta vez ha venido acompañado, de modo que quizás decida plantarme cara. Por lo que a mí respecta, siempre estoy preparado: he participado en más peleas de las que puedo contar con los dedos de los pies y de las manos. Y tengo las cicatrices que lo demuestran.

- Joe, no merece la pena -dice ____.
“Gracias, nena. Lo mismo te digo” pienso.
- ¿Me estas amenazando, Bieber? Espeta Joe, ignorando a su novia.
- No imbécil -digo mirándole fijamente-. Solo los picha flojas como tú amenazan a los demás.

_____ se coloca delante de Joe y le pone la mano en el pecho.

- No le hagas caso -dice
- No te tengo miedo. Mi padre es abogado -se jacta Joe antes de rodear a _____ por el brazo-. Ella es mía. Nunca lo olvides.
- Entonces ponle correa -le advierto-. O puede que se sienta tentada a buscar otro dueño.

Mi amigo Ryan aparece a mi lado y me pregunta:

- ¿Va todo bien, Justin?
- Si, Ryan -contesto. Dicho esto, veo a 2 profesores acercándose por el pasillo, acompañados por un tipo vestido de uniforme. No voy a caer en la trampa y acabar en la lista negra de Ducant-. Si todo va bien -repito y volviéndome a _____, añado-: nos vemos más tarde, nena, estoy deseando explorar nuestra química.

Ya tengo bastante con el castigo, así que decido marcharme para librarme de una expulsión. Pero antes _____ me hace una mueca con su nariz respingona, como si me considerara la escoria de la sociedad....
 

La continuacion del capitulo 6 comeentaaad!!!!
Helen
Quimica Perfecta<3 


6. Justin

Vale, puede que no haya decidido jugársela así en esto de las presentaciones. Tal vez escribir en su libreta “Sábado noche. Tú y yo. Clases de conducción y s3x0 duro…..” no haya sido una jugada muy inteligente. Y sin embargo, me moría de ganas que a la señorita perfecta se le trabara la lengua con mi presentación. Y ese es precisamente el resultado.

- ¿Señorita Clapp?

Me divierto observando como la Perfección levanta la mirada hacia Peterson. Vaya, es muy buena. Mi compañera domina a la perfección el modo de ocultar sus verdaderas emociones; lo sé porque es algo que yo suelo hacer.

- ¿Sí? -dice _____, ladeando la cabeza y sonriendo como la reina de la fiesta.

Me pregunto si esa sonrisa le ha servido alguna vez para librarse de una multa por exceso de velocidad.

- Su turno. Presente a Justin a sus compañeros.

Apoyo el codo en la mesa de laboratorio y me dispongo a esperar una presentación, que o bien va a tener que inventarse, o bien le va a obligar a confesar que no sabe absolutamente nada de mí. Repara en mi postura relajada, y por su expresión de ciervo asustado, estoy seguro de que la he dejado sin palabras.

- Os presento a Justin Bieber -empieza con voz de pito. La observo mientras ella continúa con su improvisada presentación-. Este verano, cuando no aguardaba en la esquina de la calle para acosar algún inocente, iba de excursión a los calabozos de los alrededores, ya sabéis a que me refiero. Y oculta un deseo que nadie sabría adivinar.

De repente, todos se quedan en silencio. Incluso la Sra. Peterson parece intrigada. Joder, incluso yo tengo la sensación de que las palabras que salen de los mentirosos labios de color rosa esmerilado de ______ son música para mis oídos.

- Su mayor deseo -continua-, es ir a la universidad y llegar a ser profesor de química, como usted Sra. Peterson.

_____ me lanza una sonrisa triunfal, segura de que ha ganado esta ronda. “Buen intento pija”.

Me incorporo en la silla mientras la clase sigue en silencio.

- Os presento a ______ Clapp -empiezo, sabiendo que todas las miradas recaen sobre mí-. Este verano se ha dedicado a ir al centro comercial para comprar ropa nueva para ampliar su vestuario, y se gastó el sueldo de papá en una operación de cirugía estética para realzar sus, ejem, cualidades.

Puede que no sea lo que ella ha escrito, pero seguro que se acerca a la realidad. A diferencia de la presentación que ella ha hecho para mí.

Reparo en las risitas de mis colegas en la parte posterior de la clase. _____ se ha quedado de piedra a mi lado, como si mis palabras hubieran herido su apreciado ego. ______ Clapp está acostumbrada a que los demás le hagan la pelota y puede que necesite a alguien que le abra los ojos. En realidad, le estoy haciendo un favor. Lo que no sabe es que aun no he acabado con su presentación.

- Su mayor deseo -añado, obteniendo la misma reacción que ha conseguido ella, durante la presentación que ha hecho sobre mi-, es salir con un chicano antes de terminar el instituto.

Tal como esperaba, mis palabras son recibidas con comentarios y silbidos en la parte de atrás de la clase.

- Bien dicho Bieber -exclama mi amigo Lucky.
- Yo saldré contigo -añade otro.

Choco los 5 con otro MuXBlood llamado Marcus que está sentado detrás de mí. Después reparo en Isa, mi amiga, que está negando con la cabeza como si hubiera hecho algo mal. ¿Qué? Solo me estoy divirtiendo un poco con una niña rica de la zona norte.

_____ mira a su novio, y después a mí. Le lanzo a Joe una mirada que dice “empieza el juego”. La cara de Joe adopta repentinamente un color rojizo, como el de una guindilla. Acabo de invadir su territorio. Eso está bien.

- Silencio chicos -interviene con firmeza Peterson-. Gracias por sus creativas y… esclarecedoras presentaciones. Señorita Clapp y Señor Bieber, quédense después de clase.

- Sus presentaciones no sólo han sido horrorosas, sino también muy irrespetuosas para conmigo y para con el resto de compañeros -dice Peterson después de clase mientras _____ y yo esperamos delante de su mesa-. Tienen un opción -añade sujetando 2 papeletas de castigo azules en una mano y 2 hojas de papel en la otra-. O bien eligen quedarse castigados hoy después de clase, o bien acceden a escribir para mañana una redacción de 500 palabras sobre el respeto. ¿Qué dicen?

Me inclino cojo la papeleta de castigo. _____ elige la hoja de papel. Como no.

- ¿Alguno de ustedes no está de acuerdo con mi método de asignar compañeros de laboratorio? Pregunta Peterson.

______ responde si al mismo tiempo que yo respondo no.

Peterson se quita las gafas y las deja sobre la mesa.





Aqui otro capitulo chicas comentad pleasr yo veo que gente entra pero no comentaaa venga... me haria ilusion 

helen.

martes, 16 de abril de 2013

Química Perfecta <3


Sigue narrando _____(Tn)

- Qué asco -murmura Justin en tono contrariado y ronco. ¿Lo hace a propósito?

¿Cómo voy a explicar a mi madre que tengo de compañero de laboratorio a Justin Bieber? Ay, no, espero que no me eche las culpas de todo eso.

Miro a mi novio, quien esta absorto con su conversación con Darlene. Tengo celos. ¿Porque la profesora nos dejo escoger nuestro lugar? Seria genial poseer el poder de retroceder en el tiempo y que, solo pronunciar las palabras mágicas, el día empezara de nuevo. Hoy sería el día perfecto para hacerlo.

¿Acaso cree la Sra. Peterson que es razonable emparejar a la capitana de las animadoras con el tipo más peligroso del instituto? Esta mujer está delirando.

La señora delirios termina por fin de asignar los asientos.

- Se que los estudiantes de último curso creen saberlo todo, pero nunca den por hecho que han triunfado hasta que no sean capaces de tratar las plagas que acechan a la humanidad o hacer que la tierra sea un lugar más seguro en el que vivir. El campo de la química juega un papel crucial en el desarrollo de los fármacos, en los tratamientos de radiación para los enfermos de cáncer, en el uso del petróleo, en el ozono…

Justin levanta la mano.

- Justin -dice la profesora-. ¿Tienes alguna pregunta?
- Señora Peterson, ¿está diciendo que el presidente de USA no es un triunfador?
- Bueno, lo que digo es… que el dinero y el estatus no lo son todo. Debe utilizar el cerebro para hacer algo para la humanidad o por el planeta en el que vivimos. Entonces, si será un triunfador. Y se habrá ganado mi respeto, que es algo de lo que no puede presumir todo el mundo.
- Yo tengo cosas de las que puedo presumir Sra. P. -dice Justin. Es evidente que esta divirtiéndose.

La Sra. Peterson sostiene la mano en alto.

- Por favor ahorrémonos los detalles Justin.

Niega con la cabeza. Si Justin cree que llevarle la contraria a la profesora va a hacer que obtengamos una buena nota, está muy equivocado. Está claro que a la Sra. Peterson no le hacen gracia los listillos y mi compañero ya está en su lista negra.

- Ahora -dice la señora delirios-. Mirad a la persona que se sienta a vuestro lado.

“Cualquier cosa menos eso”. Sin embargo, no tengo elección. Miro de nuevo a Joe, que parece muy contento con la compañera que le ha tocado. Si Darlene no tuviera novio, me estaría cuestionando seriamente por qué se acerca tanto a Joe y se sacude la melena tantas veces. Deduzco que estoy siendo paranoica.

- Puede que no les guste vuestro compañero -dice la Sra. Peterson, pero deberán estar juntos los próximos 10 meses. Tómense 5 minutos para conocerse, y después deberán presentarlo al resto de la clase. Hablen de lo que han hecho este verano, de cuáles son sus aficiones, o de cualquier otra cosa interesante o peculiar que quizás sus compañeros no sepan de ustedes. Sus cinco minutos empiezan ahora.

Saco la libreta, me pongo en la primera página y se la paso a Justin.

- ¿Por qué no escribes cosas sobre ti en mi libreta y yo hago lo mismo en la tuya? -Pregunto. Es mejor intentar tener una conversación con él.

Justin asiente, parece estar de acuerdo, aunque observo que se le levantan las comisuras de los labios mientras me pasa su libreta. ¿Son imaginaciones mías o ha pasado de verdad? Aspiro una bocanada de aire, me quito esa idea de la cabeza y escribo con diligencia hasta que la Sra. Peterson da el final de los 5 minutos y se dispone a escuchar las presentaciones de los alumnos.

- Os presento a Darlene Boehm -empieza Joe, que es el primero en hablar.

Pero yo no oigo el resto de su discurso sobre Darlene y su viaje a Italia y su experiencia en el campamento de baile del verano. En lugar de eso, bajo la mirada a la libreta que Justin me ha devuelto y me quedo boquiabierta al reparar en las palabras que ha escrito..






Aqui otro capitulo...jeje venga chicas comentad algo!!! me haria mucha ilusión si puedo por la noche subo otro!!
Helen.


Química Perfecta <3



5. ___________

Antes de ir a clase de química, enciendo mi teléfono móvil y llamo a mi casa para saber cómo le va a mi hermana. Baghda no está muy contenta porque a Rosalie le ha dado un arrebato a la hora comer. Al parecer, a mi hermana no le ha gustado mucho la comida. Y como señal de protesta le ha tirado el bol de yogur al suelo.

¿Era demasiado pedir que mi madre renunciara un solo día de paseo por el club de campo para quedarse en casa en aquella etapa de transición? El verano ya ha acabado, y no puedo estar allí para relevar a las cuidadoras, y que por regla general acaban largándose.

Debería estar centrada en mis clases. Ingresar en el alma mater de mi padre, Northwestern, es mi principal objetivo porque así podré ir a una universidad que este cerca de casa y no estaré lejos de mi hermana si me necesita. Después de dar a Baghda un par de consejos, aspiro una bocanada de aire, fuerzo la sonrisa y entro en clase.

- Eh guapa. Te he guardado un sitio -dice Joe señalando el taburete que queda a su lado.

El laboratorio está formado por altas mesas de laboratorio, cada una para la capacidad de 2 personas. Eso significa que estaré sentada con Joe el resto del año y que haremos juntos el temible proyecto de química de último curso. Sintiéndome algo estúpido por pensar que las cosas habían cambiado entre nosotros, tomo asiento en el taburete y saco mi pesado libro de química.

- ¡¡Eh mira!! ¡¡Bieber está en nuestra clase!! -gritan algunos chicos en la parte de detrás del aula- Justin aquí, ven.

Intento no mirar a Justin mientras saluda a sus amigos con palmaditas en la espalda y apretones de manos demasiados complicados para ser imitados. Además del gesto, se llaman hermano entre ellos, muy típico. La presencia de Justin atrae las miradas de toda la clase.

- He oído que le arrestaron el fin de semana pasado por uso de metanfetaminas.
- ¿En serio?
- En serio -dice Joe, asintiendo con la cabeza y enarcando ambas cejas.

Bueno, no es que me sorprenda la noticia. He oído que Justin pasa la mayoría de los fines de semana colocado, trapicheando con drogas o metido en cualquier otra actividad ilegal.

La señora Peterson cierra con fuerza la puerta de la clase provocando que todas las miradas abandonen en el acto la parte trasera del aula, donde se sientan Justin y sus colegas, y se centren en la parte delantera, donde se encuentra la señora Peterson. Tiene el cabello castaño claro, y lo lleva recogido en una tirante cola de caballo. Es probable que no haya cumplido todavía los 30, pero sus gafas y su perpetua expresión ceñuda la hacen parecer mucho mayor. He oído que tras su primer año como profesora (el cual solo le trajo llantos), ha adoptado una actitud más dura. Al parecer, sus alumnos no respetaban a una profesora que era la suficiente joven como para ser su hermana mayor.

- Buenos días y bienvenidos al último curso de química -dice antes de sentarse al borde de la mesa y abrir una carpeta-. Agradezco que se hayan tomado la molestia de elegir asientos, sin embargo, yo ya había dispuesto la organización de los mismos.

Protestó justo al resto de la clase, pero la señora Peterson ni se inmuta. Se planta de la primera mesa de laboratorio y dice:

- Joe Jonas ocupe el primer asiento. Su compañera será Darlene Boehm.

Darlene Boehm es la segunda capitana del equipo de animadoras. Me lanza una mirada cargada de disculpas antes de sentarse en el taburete que queda al lado de mi novio.

A medida que la señora Peterson sigue con lista, los estudiantes van cambiándose a sus asientos asignados sin mucho entusiasmo.

- _____ Clapp -dice la señora Peterson señalando la mesa que queda detrás de Joe. Acepto gustosamente mi nueva plaza asignada.

- Justin Bieber -continúa la Sra. Peterson, señalando el taburete que hay a mi lado.
¡Ay madre! Justin… ¿Mi compañero de laboratorio? ¿Durante todo el curso? De ningún modo, ni de coña, me niego. Lanzo a Joe una mirada suplicante mientras intento con todas mis fuerzas que no me entre el pánico. Debería de haberme quedado en casa. En la cama, bajo las mantas. Vaya, pues si que me siento intimidada.



- Señor Bieber, quítese esa bandana. En mi clase aplico una política de tolerancia cero. No permitiré que ningún accesorio relacionado con una pandilla entre en mi clase. Y por desgracia, Justin su reputación le precede. El director Ducant respalda sin reservas esta medida…. ¿Me he explicado con claridad?

Justin agacha la mirada antes de quitarse la bandana de la cabeza, revelando un cabello alocado que encaja con la expresión de sus ojos.

- Es para esconder los piojos -le masculla Joe a Darlene, pero yo lo oigo y Justin también.
- Vete a la mierda -le dice Justin, fulminándolo con la mirada-. Cierra el pico.
- Claro, colega -responde Joe, antes de darse la vuelta-. Ni siquiera saber decir una frase sin soltar un taco.
- Ya es suficiente Joe, Justin, siéntate -ordena la Sra. Peterson y dirigiéndose al resto de la clase dice- esto también va por los demás. No puedo controlar lo que hagan fuera del aula, no obstante en mi clase mando yo -dice, girándose después a Justin-. ¿Ha quedado claro?
- Sí señora -replica Justin en un tono deliberadamente bajo.

La Sra. Peterson continúa con el resto de la lista, mientras yo hago todo lo que puedo para no mirar a los ojos al tipo que se sienta a mi lado. Me arrepiento de haber dejado el bolso en la taquilla porque ahora podría estar fingiendo buscar nada dentro, tal y como ha hecho Sierra esta mañana...





holaaa caris aqui os dejo otro capitulo lamento no haber estado ya os subo otro capitulo!!!!

sábado, 13 de abril de 2013


Química Perfecta <3

4. Justin

Sabía que en algún momento del curso acabaría en el despacho del nuevo director del instituto, pero no esperaba que ocurriera el primer día de clase. Había oído que la inflexible personalidad que el director Ducant demostró en el instituto Milwaukee le había hecho ganarse el puesto de Fairfield.

Alguien debe de haberme señalado como el cabecilla porque es mi trasero el que está sentado aquí en lugar de otro MuXBlood. De modo que aquí estoy. Me han hecho salir de clase de gimnasia para que Ducant pueda sacar pecho y divagar sin tregua acerca de las estrictas normas del instituto. Puedo percibir que esta tanteándome, preguntándose cómo voy a reaccionar ante sus amenazas.

- ….y este año hemos contratado a 2 guardias de seguridad a jornada completa que van armados, Justin.

Me mira fijamente, intentando intimidarme. Si de acuerdo. Ahora mismo podría decirle que aunque él sea como yo, no tiene ni idea de cómo funcionan las cosas en nuestras calles. Ahora le oigo divagar de donde creció rodeado de pobreza, como yo. Es probable que nunca haya pisado la zona de la ciudad en la que vivo, ni siquiera en coche. Tal vez debería ofrecerme un tour turístico.

Se planta ante mí y me dice:

- He prometido al superintendente, así como al comité, que me encargaría personalmente de erradicar la plaga de violencia que se ha extendido por este instituto los últimos años. No duraré en expulsar a cualquiera que no respete las normas del centro.

No he hecho nada, aparte de divertirme un poco con la diva de las animadoras, y este tipo está hablando de expulsión. Quizá sepa que ya me expulsaron el año pasado. Aquel incidente hizo que me echaran a patadas 3 días. No fue culpa mía, bueno…no del todo. Ryan tenía la estúpida teoría de que el agua fría no afecta del mismo modo a los penes americanos y a los canadienses. Nos pillaron en la sala de calderas, mientras discutía con él después de que hubiera apagado los calentadores de agua.

No tuve nada que ver con aquello, aunque me culparon de ello. Ryan intento contar la verdad, pero nuestro antiguo director no le hizo ni caso. Tal vez habría decidido si yo hubiera insistido más. ¿Pero de qué sirve luchar por una causa perdida?

Es obvio que _____ Clapp es la responsable de que me encuentre hoy aquí. Es evidente que el imbécil de su novio nunca acabaría en el despacho de Ducant. Ni de coña. El colega es un jugador de fútbol idolatrado. Incluso si decidiera saltarse las clases y le diera por pelearse con los demás, es probable que Ducant le siguiera besándole el culo. Joe Jonas no deja de provocarme porque sabe que siempre se sale con la suya. Cuando estoy a punto de tomar represalias, encuentra el modo de escapar o salir corriendo hacia donde están los profesores…profesores que no esperan otra cosa que el momento oportuno para joderme...
Uno de estos días….
Levanto la cabeza a Ducant.

- Yo no he empezado ninguna pelea -digo aunque en realidad piense que va siendo hora de acabar con la que tengo pendiente.
- Muy bien -responde Ducant. - He oído que hoy has estado acosando a una estudiante en el aparcamiento.

¿Acaso es culpa mía que el nuevo y brillante BMW de _____ Clapp haya estado a punto de arrollarme? Durante los últimos 3 años, me las he arreglado para no cruzarme con esa ricachona. El año pasado oí que sacó un aprobado justo en su boletín de notas pero bastó una llamada de sus padres al colegio para que se la subieran a sobresaliente.

Esa nota acabaría con sus posibilidades de entrar en una buena universidad.

A la porra con toda esa mierda. Si yo consiguiera un aprobado, mi madre me soltaría un cachete en la coronilla y me daría la tabarra para que estudiara más. Me he partido el lomo para sacar buenas notas, aunque la mayoría de las veces me hayan interrogado sobre el medio que he utilizado para conseguir las respuestas. Como si fuera un copión. No se trata de entrar en la universidad. Se trata de demostrar que puedo conseguirlo. Si el mundo en el que vivo fuera diferente…

Puede que los que viven en la zona sur sean considerados más estúpidos que los que viven en la zona norte, pero eso es una gilipollez. Lo que pasa que no somos tan ricos ni estamos tan obsesionados con las posesiones materiales, ni con entrar en las universidades más caras y prestigiosas del país. La mayoría del tiempo intentamos sobrevivir y siempre tenemos que cubrirnos las espaldas.

Puede que la decisión más dura que haya tenido _____ Clapp que tomar en su vida sea elegir el restaurante donde va a cenar cada noche. La chica se vale del cuerpazo que tiene para manipular a todo aquel que se le acerca.

- ¿Te importaría contarme lo que sucedió en el aparcamiento? Me gustaría oír tu versión -dice Ducant.

Eso no va a pasar. Hace tiempo que aprendí que mi versión no cuenta.

- Pues esta mañana…. todo fue un malentendido -respondo.

_____ Clapp no ha entendido que 2 vehículos no caben en una única plaza de aparcamiento.

Ducant que sigue inmóvil frente a mí, se inclina sobre su mesa pulida e impecable.

- Procuremos que los malentendidos no se conviertan en una costumbre, ¿de acuerdo Justin?



-De acuerdo Justin. Prepárate para tu siguiente clase. Te aseguro que veo todo lo que ocurre en este instituto y seguiré todos tus movimientos. No quiero volver a verte en mi despacho -dice y justo cuando me levanto, me pone la mano en el hombro añadiendo- : solo para que lo sepas, mi objetivo es que todos los alumnos de este instituto tengan éxito. Todos los alumnos Justin. Incluido tú, de modo que ya puedes deshacerte de los prejuicios que tengas contra mí. ¿Me entiendes?
- Si entiendo -digo, preguntándome al mismo tiempo si cree realmente lo que dice.

Al salir al pasillo me encuentro con una marabunta de alumnos que echan a correr hacia la siguiente clase. No tengo ni idea de a donde se supone que tengo que ir y todavía llevo el chándal.

Después de cambiarme en el vestuario, oigo por el altavoz la canción que anuncia el comienzo de la sexta hora. Saco el horario del bolsillo trasero de los pantalones. Química con la señora Peterson. Genial. Otro hueso duro de roer...






Hola chicas lamento no haber subido capitulos lo que pasa es que no tenia internet y bueno ahora estoy mala xo espero que disfruteis de este capitulo aunque me encantaria de que comentarais un beso
Helen

martes, 9 de abril de 2013


Química Perfecta <3


Capitulo 3 segunda Parte.


Sigue Narrando ____(Tn)

La mirada de Justin me recorre lentamente el cuerpo, de arriba abajo, antes de detenerse de nuevo en la cara. No es la primera vez que un chico me mira de esa forma, pero nunca lo habían hecho como lo está haciendo Justin, tan descaradamente… y tan cerca. Siento que empiezo a ruborizarme.

- La próxima vez, mira bien por dónde vas -dice con un tono de voz frío y dominante.

Está intentando intimidarme. Es todo un profesional. No permitiré que se salga con la suya y que gane este jueguito de intimidación, aunque el estómago no deje de darme vueltas. Enderezo los hombros y le lanzo una sonrisa de desprecio, la misma que utilizo para quitarme a la gente de encima.

- Gracias por el consejo.
- Si alguna vez necesitas a un hombre hecho y derecho que te enseñe a conducir, puedo darte algunas clases.

Los silbidos y exclamaciones de sus compinches me sacan de quicio.

- Si fueras un hombre hecho y derecho, me habrías abierto la puerta en lugar de bloquearme el paso -digo, regodeándome con la respuesta, aunque me flaqueen las rodillas.

Justin se aparta, abre la puerta y hace una reverencia como si fuera mi mayordomo. Está riéndose de mí, lo sabe y yo también. Todos lo saben. Echo un vistazo a Leah, que intenta a la desesperada buscar nada en el bolso. Qué ingenua.

- Madura un poco -le suelto a Justin.
- ¿Como tú? Deja que te diga algo, listilla -contesta el con brusquedad-. Tú vida no es real, solamente es una farsa, como tú.
- Al menos es mejor que vivir la vida de un perdedor -le espeto, esperando que mis palabras le duelan tanto como lo han hecho las suyas-. Como haces tú.

Cojo a mi amiga por el brazo y tiro de ella hacia la puerta abierta. Los silbidos y comentarios nos siguen mientras atravesamos la entrada del instituto. Por fin, dejo escapar el suspiro que he estado reprimiendo y me vuelvo hacia Leah. Mi mejor amiga me está mirando fijamente, los ojos como platos.

- Joder ___. ¿Quieres que te maten o qué?
- ¿Con qué derecho intimida Justin Bieber a todo aquel que se interpone en su camino?
- Bueno, puede que ayude el arma que lleva escondida en los pantalones o los colores de su bandana -dice Leah, con un tono de voz cargado de sarcasmo.
- No es tan estúpido como para traer un arma al instituto -le contesto-. Y me niego a ser intimidada ni por él ni por nadie.

Por lo menos en el instituto, que es el único lugar donde puedo fingir mi fachada perfecta porque todos se lo tragan. De repente, me asalta la idea de que estoy a punto de empezar el último curso en Fairfield y cojo a Leah por los hombros zarandeándola.

- Estamos en el último curso -recalco con el mismo entusiasmo que empleo para los números de las animadoras durante los partidos de fútbol.
- ¿Y?
- Y… empezamos ahora mismo y todo va a ser p-e-r-f-e-c-t-o.

El timbre suena, bueno, no es exactamente un timbre, porque el consejo de alumnos decidió reemplazarlos por música para anunciar el cambio de clases. Justo ahora, está sonando Summer Lovin’ de Grease. Leah avanza por el pasillo.

- Me asegurare de que tengas un funeral p-e-r-f-e-c-t-o, con flores y todo.
- ¿Quién ha muerto? -pregunta alguien a nuestra espalda.

Me doy la vuelta. Es Joe. El sol lo ha bronceado totalmente, y luce una sonrisa tan amplia que parece ocuparle toda la cara. Ojalá tuviera un espejo para comprobar que no se me ha corrido el maquillaje. No obstante, estoy segura de que a Joe no le importaría, ¿o sí? Echo a correr y le doy el más fuerte de los abrazos.

Él me sujeta con firmeza, me besa con dulzura en los labios y se aparta para preguntarme de nuevo:

- ¿Quién ha muerto?
- Nadie -contesto- Olvídalo. Olvida todo lo que no tenga que ver estar conmigo.
- Es fácil hacerlo cuando estás tan guapa -dice y me besa otra vez-. Siento no haberte llamado. Ha sido un coñazo. Tenía que deshacer las maletas y todo eso.

Le sonrío y me alegro de que la distancia que nos separó durante el verano no haya influido en nuestra relación. Parece que el mundo no va a acabarse, al menos por el momento.

Joe me rodea los hombros con el brazo cuando se abren las puertas del instituto. Justin y sus amigos se abren paso a empujones como si estuvieran allí para atracar el centro.

- ¿Por qué se molestan en venir a clase? -masculla Joe suficiente bajo para que nadie pueda oír el comentario-. De todas maneras, la mayoría abandonara el instituto antes de que acabe el curso.

Mi mirada se cruza brevemente con la de Justin, y un escalofrío me recorre la espalda.

- Esta mañana casi choco con la moto de Justin Bieber -le cuento a Joe en cuanto Justin desaparece por el pasillo.
- Pues ojala lo hubieras echo.
- ¡¡¡Joe!!! -le regaño.
- Por lo menos le hubiera dado un poco de emoción al primer día de clase. Este instituto es un jodido aburrimiento.

¿Aburrimiento? Casi tengo un accidente de coche, una chica de la zona sur me ha mandado a la mierda y he sido acosada por un peligroso pandillero a las puertas del instituto. Si esto es un anticipo de lo que me espera el resto del año, el insti será todo menos aburrido




Bueno aqui os dejo la segunda parte del tercer capitulo porfavor comentad me haria ilusión un beso cuidaos.!!
Helen